Este año se espera una temporada de huracanes "extremadamente activa", según los expertos de la Universidad Estatal de Colorado (CSU). Calor récord océano y un patrón favorable de vientos en niveles superiores son los principales factores en el pronóstico de este año para la cuenca tropical del Atlántico. para la cuenca tropical del Atlántico.
| Previsión | Media | |
| Tormentas tropicales | 23 | 14 |
| Huracanes | 11 | 7 |
| Grandes huracanes | 5 | 3 |
El Dr. Phil Klotzbach, Investigador Científico Principal, presentó las primeras previsiones de su equipo el jueves por la mañana en la Conferencia Nacional sobre Meteorología Tropical. Expresó una confianza "por encima de lo normal" en la predicción de 23 tormentas tropicales, 11 huracanes y 5 grandes huracanes con vientos de 115 mph o superiores. Las medias de 30 años para estas cifras son 14, 7 y 3, respectivamente.
Según las previsiones de la CSU, también hay un 62% de probabilidades de que un huracán de gran intensidad toque tierra en Estados Unidos, cifra significativamente superior a la normal (43%). Este es el primer año en que el equipo de la CSU ha incorporado factores meteorológicos regionales a las probabilidades de llegada a tierra, que arrojan un 34% de probabilidades de que la costa este y la península de Florida sean golpeadas por un huracán de gran intensidad y un 42% de probabilidades desde la península de Florida hasta Texas.
Factores que favorecen una temporada hiperactiva
Casi todos los indicadores creíbles de la actividad de una temporada de huracanes apuntan a una actividad muy superior a la normal este año. La rápida transición prevista de El Niño a La Niña encabeza la lista, lo que puede producir un entorno de niveles superiores más favorable a los huracanes sobre el Caribe y el Atlántico occidental.
La Niña es un descenso cíclico de las temperaturas del Océano Pacífico (en comparación con lo normal), que se correlaciona con vientos de nivel superior más suaves sobre las principales regiones de formación en el Atlántico. El Centro de Predicción Climática de la NOAA dice que hay un 62% de probabilidades de que esto ocurra en agosto y una probabilidad casi nula de que El Niño (el opuesto de La Niña) continúe en la temporada de huracanes de este año, eliminando aún más cualquier factor inhibidor de la formación de ciclones tropicales.
Los huracanes se alimentan de agua caliente, y ya hay mucha disponible. El 4 de abril, las temperaturas de la superficie del mar estaban más de 2 °C por encima de lo normal en el Atlántico Norte. Estas anomalías son las más altas jamás registradas, y han estado constantemente en niveles récord durante más de un año, remontándose a marzo de 2023.
Las temperaturas globales de la superficie del mar también son muy cálidas, en parte debido al actual (pero menguante) fenómeno de El Niño.
Otros factores que predicen la actividad tropical estacional son los años análogos con patrones atmosféricos similares y el desplazamiento cíclico de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT). Esta región de inestabilidad y elevación sobre las aguas ecuatoriales suele desencadenar la formación de huracanes, en los que grupos de tormentas eléctricas se organizan en una zona de baja presión. Los modelos de previsión indican que este año la ZCIT estará en fase positiva, lo que significa que es más probable que se extienda hacia el norte, hacia la zona de formación principal de la actividad tropical sobre el Atlántico central.
Klotzbach y su equipo han investigado a fondo la correlación de estos factores y han llegado a la conclusión de que la actividad tropical aumenta de 4 a 1 cuando se dan todos ellos. Incluso se mostró prudente al afirmar que las previsiones de su equipo estaban "por debajo de todas las orientaciones de los modelos" para la temporada de este año. Su única reserva fue que la predictibilidad y la habilidad son mucho menores a principios de abril que en futuras fechas de publicación de sus previsiones, que se producirán a principios de junio y principios de agosto, antes del tradicional pico de actividad estacional.
La preparación es clave, independientemente de las previsiones
Sólo hace falta una tormenta para que sea una mala temporada de huracanes para su empresa u organización. Y nunca es demasiado pronto para elaborar su plan de continuidad de negocio para huracanes, que debe incluir datos meteorológicos más inteligentes y expertos que sepan cómo utilizarlos. Los recursos que compartimos a continuación pueden ser un buen punto de partida para su equipo.
El próximo huracán al que hay que responder no es una cuestión de "si", sino de "cuándo". Centrarse menos en una previsión a 6 meses vista y más en las vulnerabilidades específicas del impacto puede posicionar mejor sus recursos para lo inesperado.
Los huracanes son complejos, y la logística para evitar pérdidas, mitigarlas y responder a ellas es aún más complicada. Seguir un cono de incertidumbre y esperar una alerta a menudo no basta. Las inversiones en herramientas de vigilancia meteorológica, como el análisis histórico de los riesgos meteorológicos o las previsiones a corto plazo, pueden permitirle seguir con precisión el crecimiento o la decadencia de una tormenta más cerca de tocar tierra. Saber cuándo apretar el gatillo de una respuesta requiere datos precisos, perspectivas procesables y un análisis experto.
