La nieve y el hielo pueden paralizar las operaciones de su empresa. Y ni siquiera hace falta una gran cantidad para interrumpir los desplazamientos o convertirse en un enorme peligro para la seguridad.
Los efectos del clima invernal no siempre están directamente relacionados con el tamaño o la fuerza de la tormenta. Incluso las cantidades más pequeñas de hielo o nieve en el momento equivocado pueden ser una pesadilla.
Unos datos más inteligentes y unas alertas a tiempo pueden ayudar a su equipo a evitar o mitigar el impacto en las operaciones provocado por fenómenos meteorológicos invernales complejos.
A continuación le ofrecemos unos sencillos consejos que debe recordar la próxima vez que se prevea nieve o hielo.
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Evitar decisiones prematuras costosas
Cambios sutiles en la trayectoria de una tormenta pueden dar lugar a diferencias significativas en los impactos previstos. Y no querrá malgastar energía emocional en una decisión que puede resultar costosa si se toma demasiado pronto. Los modelos de previsión son una gran herramienta varios días antes de una tormenta, pero tienen algunas limitaciones de uso.
A todos nos gustan las previsiones de alta resolución. Especialmente una que pueda predecir con exactitud la cantidad exacta de nieve en nuestra calle. Baron dispone de un modelo de eficacia probada. Sin embargo, saber cuándo utilizarlo es la clave.
Dada la naturaleza caprichosa del tiempo invernal, la precisión exacta sobre el tipo y las cantidades de precipitación es mejor reservarla para 48 a 72 horas antes. Los modelos globales de largo alcance son ciertamente creíbles para identificar posibles focos de problemas con varios días de antelación. La preparación para un fenómeno meteorológico puede comenzar, sin duda, con más de 48 horas de antelación, pero las decisiones detalladas es mejor dejarlas en manos de expertos que analicen los modelos a una escala temporal más corta y con mayor resolución.
Utilice datos más inteligentes para tomar decisiones difíciles
Durante una tormenta de invierno pueden caer tres tipos de precipitaciones heladas: aguanieve, lluvia helada y nieve. Cada uno de ellos presenta un tipo diferente de peligro que hay que tener en cuenta. Saber cuál caerá primero, si se producirá o no la transición a otro tipo, y qué cantidad de cada tipo se espera, son respuestas críticas que requieren datos más inteligentes.
Explicación de los tipos de precipitaciones
Nieve
La nieve son cristales de hielo que crecen suspendidos en la atmósfera y caen congelados hasta el suelo. Por lo general, la nieve se puede quitar, pero las intensas nevadas o el viento y la deriva pueden hacer que las carreteras previamente despejadas vuelvan a estar cubiertas de nieve.
Aguanieve
El aguanieve son copos de nieve o cristales de hielo que se encuentran con una fina capa de aire caliente en el aire que hace que se fundan temporalmente y se conviertan en gotas de lluvia. A continuación, a temperaturas bajo cero, las gotas de lluvia tienen tiempo suficiente para volver a congelarse y convertirse en bolas de hielo antes de tocar el suelo. La rápida aparición del aguanieve puede hacer que las superficies de las carreteras se cubran de hielo muy rápidamente y, cuando se mezcla con la nieve, puede compactarse y convertirse en un lodazal difícil de limpiar.
Lluvia helada
La lluvia helada es igual que la lluvia, salvo que cae en una capa poco profunda de aire bajo cero cerca del suelo y se congela al contacto. Las superficies de las carreteras, los árboles, los coches y los tendidos eléctricos pueden recubrirse de una fina capa de hielo difícil de eliminar. Cuando la lluvia helada se mezcla con otros tipos de precipitaciones invernales y va seguida de varias horas de temperaturas bajo cero, la limpieza se complica debido a las capas de hielo en costra mezcladas con las acumulaciones de aguanieve o nieve.
La decisión más difícil es dónde y cuándo tomar la decisión de que el transporte aéreo o terrestre no es seguro para las operaciones. Una decisión similar es también necesaria en consideración a los empleados si se desplazan al trabajo.
Los mapas de previsiones durante las tormentas invernales pueden estar llenos de color y ser complicados de interpretar para un lugar o ruta concretos. Aislar los distintos tipos de precipitaciones en un mapa puede ser de gran ayuda, sobre todo si necesitas examinar una región o varios lugares a la vez.
Una forma alternativa de ver los mismos datos es en un meteograma, que no es más que un nombre elegante para un gráfico de los parámetros meteorológicos a lo largo del tiempo. Esto es especialmente útil para evaluar los distintos riesgos en un lugar durante la duración de la tormenta.
Las precipitaciones invernales más intensas suelen caer en bandas estrechas, por lo que incluso un ligero cambio en la trayectoria de la tormenta puede dar lugar a grandes diferencias en los totales de nieve o hielo. Uno no puede limitarse a una sola ejecución, ni siquiera del mejor modelo de previsión. La vigilancia es clave para captar esos sutiles cambios cuando el fenómeno empieza a desarrollarse.
Manténgase al día de las cambiantes condiciones de la carretera
Las precipitaciones heladas caídas del cielo no son lo único que hay que tener en cuenta a la hora de planificar los impactos en el transporte. Los vientos fuertes, las temperaturas gélidas y las condiciones preexistentes de las carreteras deben tenerse en cuenta en su plan de respuesta.
Los fuertes vientos, por ejemplo, pueden provocar acumulaciones de nieve varios metros superiores a las previstas. Las temperaturas gélidas durante o inmediatamente después del evento pueden dificultar la eficacia de los equipos de carreteras o de los aviones descongeladores. Por el contrario, un evento de nieve o hielo puede ser muy navegable en algunas zonas si se espera que las temperaturas de la superficie de la carretera se mantengan por encima del punto de congelación.
Los científicos de Baron han creado un conjunto de datos que muestra el estado actual y previsto de las carreteras en invierno en niveles sencillos de entender: mojado, helado, nevado y nieve copiosa. Puedes ver los datos en tiempo real en el mapa interactivo que aparece a continuación.
El conjunto de datos de Baron sobre el estado de las carreteras también utiliza las temperaturas actuales y previstas del suelo para aclarar si las precipitaciones invernales afectarán a las superficies de las carreteras y durante cuánto tiempo después de un suceso pueden seguir heladas o nevadas.
No se limite a la ciencia
Prepararse y responder al impacto humano del tiempo invernal requiere algo más que una previsión científica. Es importante tener en cuenta las condiciones preexistentes, como el volumen de tráfico habitual, si el fenómeno se producirá en torno a un día festivo o si la región geográfica afectada está acostumbrada al tiempo invernal.
Por ejemplo, una pulgada de nieve en un estado del sur como Luisiana o Mississippi podría ser más difícil de atravesar que si cayera en Michigan debido a la falta de recursos o inexperiencia en las carreteras. Otro ejemplo es la precipitación helada que cae a última hora de la noche en un fin de semana puede acumularse en las carreteras más rápidamente debido a un menor tráfico (fricción de los neumáticos) que si cayera durante una concurrida tarde entre semana.
Por lo tanto, contratar a un meteorólogo experto para complementar las interpretaciones de los modelos es una buena idea. Elija a alguien con experiencia en las influencias culturales y geográficas del tiempo invernal en su región para complementar los datos y la modelización.
No hay dos tormentas invernales iguales. Aunque hay similitudes en la forma de prepararse para una, la trayectoria y la fuerza de cada tormenta son únicas y requieren reflexión estratégica y flexibilidad. El momento de tomar las decisiones puede ser tan importante como la propia planificación.
Esperamos que estos consejos puedan mejorar la eficacia de su respuesta dándole confianza a la hora de tomar esas decisiones difíciles. Le hemos dado varios ejemplos breves de cómo la tecnología Baron podría beneficiar a su organización. Háganos saber si desea hablar con un experto y discutir cómo nuestros datos meteorológicos superiores pueden ayudarle a tomar mejores decisiones sobre el clima invernal.
